Les dije que mi papá estaba levemente preocupado por mi… ahem… sexualidad. Y que me llevaba a pescar y ponía cassets de Álvarez Güedes, y hacíamos «cosas de machos». La verdad es que mi papá estaba preocupándose por nada. Había dos cosas en mi niñez que cimentaron claramente en mi mente que lo mío eran las nenas.
Los (en especial las) que me conocen bien saben que tengo una obsesión con las tetas
Y es que en casa veía al súper robot Mazinger. Y en la escuela veía a Alexandra. Venga, que les hago el cuento…
Está cabrón, bien cabrón, pienso yo, que hay chamaquitos por ahí bebiendo cerveza que no saben o tienen idea de lo que es Mazinger. De hecho, creo que sería casi imposible que dieran Mazinger en la televisión de hoy día. Las madres cristianas estarían gritando que es muy violento y los Milton Picónes modernos se quejarían por lo chabacano. Pero si, aquí daban Mazinger en los ochenta. A las tres de la tarde para que los nenes lo vieran.
Y es que en Mazinger se disparaban tetas. Gloriosas tetas misilescas que disparaba Afrodita A (el robot femenino de la serie) y que destruían los robots del tipo malo.
Pero eso no es todo.
En uno de los capítulos, el piloto de Mazinger, Koji Kabuto, necesitaba que el robot Mazinger pudiera volar… Porque Mazinger inicialmente no volaba… Y que hicieron los científicos de la serie (porque el show era ciencia ficción otra cosa que se me quedó grabada en el cerebro)? Pues obvio! Ponerle a Afrodita A unas tetas gigantes! Es posible resolver cualquier cosa con las tetas adecuadas.
Afrodita A disparaba sus tetas gigantes…
Y Mazinger, por supuesto, se las agarraba! Y así, podía volar…
Eso en mi mente de niño, fue altamente revelador. Yo pensaba: «Si yo agarro tetas… Levanto vuelo!» (lo cual ha sido cierto hasta hoy, y seguirá)
Recuerdo que en la escuela elemental me pasaba dibujando a Mazinger, en ese viaje de ciencia ficción y robots… Hasta que un día vi a Alexandra.
Alexandra… pues… Alexandra tenía las tetas de Dios.
O sea, yo había visto mujeres antes, en películas y eso, pero eran mujeres mayores. Alexandra era contemporánea, más o menos de mi edad. En mi cerebro fue como si se prendiera un switch. Yo era un nene. Y seguí siendo nene por muuuuchos años, pero solo físicamente. Mentalmente… di un estirón. (uh, maybe no solo fue mentalmente)
Estoy seguro que Alexandra nunca se enteró de mi… admiración… Y es que tuve una pesadilla… De Alexandra como Afrodita A y yo como Mazinger Z… Alexandra disparando su tetas… Y yo agarrándoselas… Y levantando vuelo…
Parece un buen sueño, right? Pero hubo un problema…
Que yo no sabía como aterrizar!