Soñé que mi infancia había sido distinta.
Que mi mamá no aguantó el abuso de mi padre alcohólico y lo divorció. Que mi mamá trabajaba mucho y por eso yo me quedaba solo en la casa.
Pero…
Los fines de semana mi mamá siempre se inventaba una salida. Para aquí o para acullá…
Y particularmente este fin de semana habíamos salido a quedarnos en un hotel cerca de la playa. Y yo pensando, «Que jodienda ahora ésta va a querer estar todo el día en la playa, y va a querer que yo vaya con ella, con lo atlético que yo soy… sea mi madre.»
Y así mismo, no hicimos mas que llegar al hotel y soltar las maletas que mi Mai insistió que, «Vamo a ve si la marea está alta.»
La marea estaba bien alta. Y las olas bien violentas. Y la arena bien oscura.
So, había como un booth de madera del mismo hotel, pero un chinchorro donde estaban haciendo frituras. Y mi Mai fue a ver que hacían y me grito, «ANÍBAL QUIERES PICADERA!?»
Y yo pa eso si soy bueno, así que fui corriendo.
Y había mas gente en el chinchorro la mayoría bebiendo, excepto mi mamá… que había comprao como un platillo de muchas carnes y frituras picadas en pedazitos y yo vi aquello que parecía como salido del cuerno de la abundancia… pero que el cuerno de la abundancia decía MADE IN PIÑONES.
Y mi mamá se echó media chuleta a la boca y se fue a mojarse los pies a la orilla y me dejó con el platillo.
Y yo pensé, «Ah, pues to lo que queda es pa mi!»
Y pego a comer.
friturita
grasita
Y ya el platillo, que era de cartón, estaba semi-transparente, de que, se veía la madera del chinchorro donde estaba puesto el plato.
Entonces, había un doño bebiendo al lao mío. Y de momento me dice, «Mira, tu no te va a comer esto?» y veo en cámara lenta que está moviendo su mano hacia mi plato… «Esta grasita sin carne tiene que estar bien ri…»
Y yo que le bateo la mano la mano pal carajo, «Claro que me la voy a comer, cabrón! La estoy dejando pa lo último!»
Y levanto el platillo, y siento como la succión de la grasa lo adhiere a la madera del chinchorro y cuando me viro…
Las olas me llegan a los pies. No veo a mi mamá.
Ya no hay orilla. Todo son olas.
Detrás mio el booth/chinchorro con la gente bebiendo y enfrente las olas.
Violentas.
Interminables.
Miro pa’rriba y pareciera que las olas besan el sol.
